El actor Jim Carrey presentó hoy en Río de Janeiro "Los pingüinos del Sr. Popper", una animada cinta en la que interpreta a un adinerado empresario que cambia sus tácticas de negocio después de recibir seis simpáticos pingüinos como parte de la herencia de su padre.
"Durante el rodaje tenía sardinas por todo el cuerpo para atraer a los pingüinos, incluso en los bolsillos y en los zapatos", dijo el actor canadiense en una rueda de prensa celebrada en la ciudad brasileña.
Dirigida por el estadounidense Mark Waters, la película narra la ajetreada vida empresarial de Tom Popper (Jim Carrey) hasta la llegada de los seis pingüinos procedentes de la Antártida que su difunto padre le deja en herencia después de su muerte.
Con el fin de mimar a las aves, Popper descuida su trabajo como agente inmobiliario y llena de nieve su lujoso apartamento del centro de Nueva York para reconstruir el hábitat natural de los animales.
"La grabación fue divertida, pero los pingüinos me picaron por todas partes porque no entienden la diferencia entre un pie y una sardina", apuntó Carrey en un tono humorístico.
El artista forma un dúo cómico con Angela Lansbury, que en el largometraje encarna a la señora Van Gundy, la propietaria de un restaurante a la que Popper quiere engatusar para adquirir su local.
Las astutas artimañas que el agente inmobiliario emplea en su trabajo cambian de forma radical con Van Gundy, que cede ante el empeño de Popper al comprobar la ternura con la que el empresario trata a los pingüinos.
Estas aves, además, permiten a Popper, un tipo divorciado al que sólo le interesa su empleo, reconducir la relación sentimental con su antigua esposa y acercarse de nuevo a sus hijos, de los que se había distanciado después de separarse.
"Me identifico con los pingüinos y con lo que representan, pero si tuviera que elegir uno me quedaría con Capitán", manifestó Carrey en alusión a la primera de las aves que aparecen en la cinta.
"Los pingüinos del Sr. Popper", estrenada en Estados Unidos el pasado 17 de junio, está basada en el libro infantil del mismo nombre, publicado en 1938 por Richard y Florence Atwater.
En su primer fin de semana, la comedia familiar se aupó al tercer puesto en la taquilla estadounidense al recaudar 18,2 millones de dólares, sólo superada por "Linterna verde", dirigida por Martin Campbell, y por "Super
"Durante el rodaje tenía sardinas por todo el cuerpo para atraer a los pingüinos, incluso en los bolsillos y en los zapatos", dijo el actor canadiense en una rueda de prensa celebrada en la ciudad brasileña.
Dirigida por el estadounidense Mark Waters, la película narra la ajetreada vida empresarial de Tom Popper (Jim Carrey) hasta la llegada de los seis pingüinos procedentes de la Antártida que su difunto padre le deja en herencia después de su muerte.
Con el fin de mimar a las aves, Popper descuida su trabajo como agente inmobiliario y llena de nieve su lujoso apartamento del centro de Nueva York para reconstruir el hábitat natural de los animales.
"La grabación fue divertida, pero los pingüinos me picaron por todas partes porque no entienden la diferencia entre un pie y una sardina", apuntó Carrey en un tono humorístico.
El artista forma un dúo cómico con Angela Lansbury, que en el largometraje encarna a la señora Van Gundy, la propietaria de un restaurante a la que Popper quiere engatusar para adquirir su local.
Las astutas artimañas que el agente inmobiliario emplea en su trabajo cambian de forma radical con Van Gundy, que cede ante el empeño de Popper al comprobar la ternura con la que el empresario trata a los pingüinos.
Estas aves, además, permiten a Popper, un tipo divorciado al que sólo le interesa su empleo, reconducir la relación sentimental con su antigua esposa y acercarse de nuevo a sus hijos, de los que se había distanciado después de separarse.
"Me identifico con los pingüinos y con lo que representan, pero si tuviera que elegir uno me quedaría con Capitán", manifestó Carrey en alusión a la primera de las aves que aparecen en la cinta.
"Los pingüinos del Sr. Popper", estrenada en Estados Unidos el pasado 17 de junio, está basada en el libro infantil del mismo nombre, publicado en 1938 por Richard y Florence Atwater.
En su primer fin de semana, la comedia familiar se aupó al tercer puesto en la taquilla estadounidense al recaudar 18,2 millones de dólares, sólo superada por "Linterna verde", dirigida por Martin Campbell, y por "Super
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