viernes, 6 de agosto de 2010

CRÍTICA A Philip Morris ¡Te quiero!


CON JIM CARREY NO HAY término medio. Cuando se contiene le queda el gesto contraído, con los músculos de la cara tensos, pidiendo a gritos que les dejen estirarse hasta límites cartoonescos. Algo parecido pasa con sus películas, que cuanto más sobradas están de excesos mejor entran. Y en Phillip Morris ¡Te quiero!, tras su apariencia de comedia clásica -¿soy yo o me imagino a Cary Grant haciendo el papel de Carrey perfectamente?-, no hay espacio para el comedimiento ni el recato. Gracias a una historia real, la de Steven Russell, un estafador homosexual que idea planes magistrales para vivir a todo trapo, fugarse de la cárcel o lo que sea menester, el dúo Ficarra-Requa(guionistas de la estupenda Bad Santa) ha logrado algo muy difícil: camuflar bajo la apariencia de convencional una película que no lo es en absoluto. Cruce imposible entre Atrápame si puedes, Cadena perpetua, El beso de la mujer araña, Lejos del cielo y Man on the Moon, Phillip Morris? triunfa cuando muestra los logros del Steven Russell embaucador pero decepciona terriblemente ocultando sus métodos para conseguir esas proezas. ¿Es más ingenioso él que los autores de la película? Es igual, quedémonos con dos buenas noticias para Jim Carrey: tiene una peli buena tras seis años horribles y por fin Almodóvar irá al cine a verle.

MANUEL PIÑÓN EN CINEMANIA.COM

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