miércoles, 18 de abril de 2007

ENTREVISTA A JIM CARREY

Pregunta: Tenía su propia conexión personal con el número 23 antes de la película.
Jim: En realidad, cambié el nombre de mi compañía a JC23 hace unos años porque hacía ya algún tiempo que estaba obsesionado con este número. Uno de mis amigos en Canadá me contó historias al respecto, mostrándome cosas, como matrículas de coche y demostrándome cómo la suma de los números daba 23. Pensé que era ridículo, pero luego comencé a encontrarme ese número en todas partes hasta culminar con el descubrimiento de que el Salmo 23 habla de vivir sin temor. Por eso fue por lo que lo utilicé en el nombre de mi compañía.

P: Ahora el número 23 vuelve a surgir en la vida de Jim Carrey.
J: Cuando me llegó el guión, fue puramente una coincidencia. Le estaba contando a un amigo acerca de mi relación con el número 23, y él me contó que acababa de leer un guión llamado Número 23. Entonces, lo leí y quedé totalmente sorprendido. Era increíblemente irresistible y me estaba volviendo loco, página tras página. Le pasé el guión a otro amigo para que lo leyese y después de una hora y media, lo volví a ver. Había leído todo el guión y había vuelto a la página 23 donde estaba subrayando cada 23era palabra para ver si había algún patrón. Esto es lo que creo que la película va a hacer con la audiencia: saldrán del cine diciendo "¡allí está!”.

P: El aspecto único del proyecto resultó ser exactamente lo que estaba buscando.
J: Número 23 es diferente y eso es lo que busco en una película. Sólo quiero que alguien tenga una idea que yo nunca haya visto; eso es lo que busco en un guión. Quiero que algo en la idea represente un reto, como con Olvídate de mí. En esta película la idea era "¿a quién borrarías?", "¿a quién volverías invisible?", "¿te han borrado alguna vez?". Esta es otra de estas ideas que trata de temas que nunca han sido realmente explorados
P: Estaba también muy entusiasmado por tener la oportunidad de trabajar nuevamente con Joel Schumacher.
J: Joel es fantástico con los actores porque se sienta y te deja hacer lo que necesitas hacer para llegar donde quieres. Pero también tiene ideas y es muy fuerte. Necesito a alguien que me plante cara alguna vez porque soy realmente obstinado con mis ideas. No siempre tengo razón; eso lo sé.

P: A medida que comenzó a explorar la naturaleza de sus caracteres duales en la película obtuvo una imagen clara de sus similitudes y de sus diferencias.
J: Walter es una persona corriente. Es un tipo normal. Es el tipo que valora a su familia y que sólo quiere hacer su trabajo y tener una buena vida. No busca ningún problema. Pero como todo el mundo, pasan cosas dentro de él de la que ni él mismo está consciente. Y el 23 está allí para sacarlas a la superficie. Pero Fingerling es detective y es un personaje muy diferente para mí, mucho más crispado. Es un tipo muy turbado, muy agresivo y realmente disfruté interpretando su papel. Pude explorar los lados más oscuros de mi personalidad lo que fue realmente sorprendente y algo diferente para mí. Fingerling es un instigador. No es alguien que busque problemas: en realidad, los espera.

P: La obsesión con el 23 se filtró a la producción misma.
J: Venían todo el tiempo y decían: "¿Sabes qué sumó 23 hoy?”. Siempre había algo; todos estaban pendientes. Eso es lo que espero que ocurra cuando la gente salga del cine: que comiencen a mirar alrededor y que encuentren todas estas cosas. Me atraen realmente las películas que tratan temas que trascienden la historia misma. Las películas que de alguna forma capturan un fenómeno social, como Tiburón capturó nuestro miedo al océano, y al mundo desconocido de los tiburones. Creo que esta película muestra un fenómeno real que está ocurriendo allí afuera. El enigma del 23 está en todas partes y esta película va a tocar este tema.

P: Se convirtieron en expertos en la mitología del número 23.
J: En la vida real, el 23 parece estar relacionado con muchas cosas diferentes: buenas y malas. Están Michael Jordan y LeBron James que llevan el número 23. David Beckham acaba de cambiarse al 23. Después están O.J. Simpson, el atleta infame que llevaba el 32, 23 a la inversa. También están Nicole Simpson y Ronald Golman, cuyos nombres combinados suman 23 letras. Y así sigue. Está en todas partes. Lo que resulta realmente divertido acerca de todo el concepto del 23 es que satisface la necesidad que tiene la gente de creer en la magia.

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